HISTORIA DE LA RAZA

 

HISTORIA DE LA RAZA

China es un país apasionante y con una historia difícil y complicada. Periodos de prosperidad han sido seguidos frecuentemente por otros de invasión y destrucción total.

Así pues, no es de extrañar que el origen y la historia de los perros chinos, y entre ellos el shar-pei,  hayan estado sujetos a muchas especulaciones debido a la escasez de documentos.

El shar-pei chino es una de las razas más antiguas que se conocen. Las teorías más difundidas sobre la procedencia del Shar-Pei es que vivían desde hace siglos en la región del Mar del Sur de China, más concretamente, en una pequeña ciudad llamada Dah Let (aldea Tai-Li), en la provincia de Kwong Tung, y otra teoría es que eran procedentes de la zona del Tíbet o del norte de China. Los antecesores de la raza se conocían hace más de 20 siglos.

Los ancestros del moderno shar-pei eran muy apreciados, ya que se han encontrado en excavaciones y tumbas, estatuas de dragones de bronce con la frente marcada de arrugas, las cuales se prolongaban hacia el resto del cuerpo, custodiando desde hace 2000 años las tumbas de los emperadores de la dinastía Han (206 a. de  C. 220 d.de C.), fechas a las que como mínimo se remonta la historia del Shar-Pei. Estas esculturas son un indicio de la existencia de tipos de perros como el Shar-Pei chino o el Chow-Chow.

Conocidos por los arqueólogos como “perros de tumbas”, su parecido con el moderno shar-pei es evidente, destacando sobre todo su característico hocico de hipopótamo. Una estatua de estos perros puede verse en la colección  Avery Brun-dage en el museo de arte Asiático de California. Y en su manuscrito chino del siglo XIII, se habla de un perro arrugado con características muy similares a las del shar-pei. Aunque la historia de esta raza es algo incompleta, sí se sabe que era un perro de trabajo, que se utilizaba para defender las propiedades y el ganado, así como para cazar, era un perro leal, valiente e inteligente. El Shar-Pei resultó ser un animal muy útil para los campesinos chinos, que lo utilizaron como perro pastor, de guarda y de compañía. Fue criado selectivamente por su apariencia, inteligencia y su resistencia. Desde muy pequeño debería de dar muestras de una inteligencia excepcional para desarrollar las tareas asignadas, pues de lo contrario sería sacrificado y su carne se destinaría al consumo humano.

El paso de las granjas al ring de pelea se produjo en la región de Cantón, las apuestas era algo muy habitual y no era nada extraño que los campesinos los usaran para probar fortuna.

El perro de pelea de Dah Let puede haber sido el original Shar-Pei chino o uno de sus antecesores. Fueron utilizados para el combate por sus excepcionales características: su cuerpo recio, la piel suelta que le permitía darse la vuelta y atacar al adversario aún cuando éste ya le había mordido y el grosor de dicha piel creaba una barrera impenetrable protegiendo los órganos internos, del mismo modo, esta capa es de textura extremadamente áspera y pelaje rígido, lo cual resultaba incómodo en la boca de otro perro, ojos pequeños y hundidos que lo hacían menos vulnerable a las heridas, análogamente, orejas pequeñas que ofrecían poca área para recibir dolorosas heridas, mandíbulas fuertes, una mordida en forma de tijeras y la formación de los dientes caninos en forma de cimitarra.

Se ha dicho que, aunque físicamente viene equipado para el combate, el Shar-Pei no parecía tener un espíritu excesivamente agresivo, siendo básicamente un perro amistoso y amable. En realidad se necesitaron de duros entrenamientos y la ayuda de estimulantes para persuadirlo a que combatiera.

Los antecesores del Shar-Pei se describen como perros de tamaño mucho mayor a los que conocemos actualmente, y que debían haber pesado promedio de 80 Kilos.

El nombre sha-pei significa literalmente piel de lija, haciendo referencia a una de sus características más importantes: pelo corto, muy duro e irritante, que se eriza, con lo cual se convierte en una de sus defensas, ya que causa irritación en la boca del oponente. En el caso de que el oponente no le suelte, el tener la piel tan suelta, le permite que aún estando sujeto por una mordida, se pueda dar la vuelta y morder a su vez.

El Imperio Romano estaba en hegemonía y las rutas comerciales estaban abiertas. El juego, la caza y los deportes en general eran populares. La tenencia de perros estaba en auge, y se les utilizaba como cazadores y guardianes del hogar, así como para peleas caninas.

Subsiguientes estallidos de guerras y épocas de hambres condujeron a una aguda disminución en el número de todas las razas caninas chinas. Se sabe que en 1950 sólo quedaban unos pequeños grupos de shar-peis. La decadencia del Imperio Romano condujo también a un declive del comercio cuando se estaba llegando al final del primer milenio d. De C. Durante la dinastía Yuan (Mongol) (1271 d. de C.  1368 d. de C.), se quemaron 140.000 libros antiguos, para evitar que cayeran en manos extranjeras. La dinastía Ming (1368 d. de C.  1644 d. de C.), experimentó una ulterior decadencia, debida al desinterés general por todo lo que no estuviera relacionado con la supervivencia de la dinastía.

La llegada al poder del partido comunista en China, allá por el principio de los años 40, fue un duro golpe para la existencia de esta raza, así como para un primer paso en el camino de la extinción del Shar-Pei. Los principios comunistas excluían el derroche de alimentos y consideraban la tenencia de mascotas como un artículo de lujo y gravaron con fuertes impuestos la propiedad de perros. Posteriormente, Mao Tse Tung, declaró a las mascotas como símbolos de la inútil clase privilegiada y ordenó un exterminio masivo. En 1950 sólo quedaban pequeños reductos de shar-peis por toda China. Ningún perro se veía en las ciudades  y muy pocos en el campo.

Existen diversas teorías sobre el origen del Shar-Pei. Dos de las que gozan de mayor aceptación son, por un lado, que la raza desciende del Chow-Chow de capa lisa y la otra, sería que procede de los antiguos molosos como el mastín tibetano. Una serie de artículos, escritos por R.G.Harsnell de Hong Kong, investiga la posibilidad de antepasados molosos. Sostiene la teoría de que una o más variedades de molosos figuran en la constitución del Shar-Pei. Diversas características de la raza, tales como la gama de colores de la capa y cualidades físicas, indican el mayor stock ancestral. Deduce luego que la piel abundante típica de la raza, se desarrolló a medida que los perros fueron criados para reducirlos a un tamaño menor. También apoya la teoría el hecho de que el  Shar Pei tiene un modelo de crecimiento de raza grande. Por otro lado, en el caso de la similitud con el Chow-chow, ambas razas existieron durante un mismo período de tiempo, son estructuralmente compatibles e incluso comparten el color de su lengua.

La supervivencia de los Shar-Pei se debe principalmente a los  esfuerzos de un pequeño grupo de personas, entre  las que figura Chung Ching Ming y su protegido Matgo Law, que descubrieron a los perros supervivientes y los trasladaron a Hong Kong. Allí se desarrolló un programa para restablecer la raza, aunque los perros eran de tipos diferentes y a menudo no estaban documentados sus antecesores. Se cruzaron todas las líneas genéticas disponibles en una tentativa por restablecer el tipo de la raza. El programa original dio prioridad al tipo sobre la salud. Entonces, una vez establecido un tipo consistente, se fijó un estándar de la raza como guía para que las futuras generaciones se pudieran aproximar progresivamente al ideal. El Hong-Kong Kennel Club reconoce la cría y establece un registro de la raza.

A principios de la década de 1970, Matgo Law, gran amigo y enamorado de la raza, tras observar el resultado del gobierno comunista contra la población canina de la nación, pensó que Hong Kong también podría pasar un día a manos de la República Popular China, y temiendo que pudiera desaparecer la raza, tomó la decisión de garantizar el futuro de su querida raza, junto con su amigo, Chung Ching Ming, y a principios de los años 1970 recurrieron a los norteamericanos en un esfuerzo por rescatar la raza casi extinguida.

En 1973, Matgo Law hizo un escrito en una revista de los Estados Unidos, llamada Dogs Magazine. En el artículo titulado “Chinese figthing dogs”, expuso el problema, detalló sus planes para salvar la raza, incluyendo fotos y lanzó un S.O.S para detener la exterminación de la raza. La respuesta fue impresionante y sumó más de 2000 solicitudes individuales. La demanda sobrepasó con creces a la oferta, y durante los siguientes años se vio un lento goteo de perros que entraron en los Estados Unidos.

Los Shar-Peis americanos se distinguen por su hermosura ya que provienen directamente de Hong Kong y son los auténticos descendientes directos de la raza china, hoy prácticamente extinguida.

Existe documentación de que el primer shar-pei que llegó a los Estados Unidos fue llevado en 1966, estando registrado en el Hong-Kong Kennel Club. Más tarde, el ocho de octubre de 1970, la Asociación de Criadores Americanos registró un shar-pei a nombre de J.C.Smitch.

La cría del shar-pei, a principios de los 70, era una apuesta muy arriesgada. La constitución de la raza en Hong Kong estaba en su etapa inicial. Los perros enviados a los Estados Unidos eran muy divergentes en su tipo. No había libros sobre la raza, los pedigrís estaban incompletos o desconocidos en muchas ocasiones y sólo se contaba con un estándar. De este modo, cada camada era parte de un gran experimento cuyos resultados nadie podía prever. Un incentivo adicional para el impulso de esta raza fue el potencial de venta. Los cachorros eran únicos: piel profundamente arrugada y hocicos bien almohadillados. Se llegaron a pagar fuertes sumas de dinero por disponer de un ejemplar. El shar-pei se convirtió en un símbolo del estatus social de los ricos y de los que deseaban aparentar ser ricos.

En Estados Unidos, el Sr. Albright conoció esta raza y puso todos los recursos de la televisión y prensa al servicio del shar-pei. Los perros se exhibían en televisión, se hablaba de ellos en radio, se publicaban artículos en prensa, se daban conferencias y se formaban jueces y criadores. Todo el mundo quería tener un shar-pei. Su número era limitado y su precio desorbitado, lo que hacía que se desease más. Los afortunados receptores de estos cachorros formaron un club y registro nacional, naciendo el Chinese Shar-Pei Americano (1974) con el principal fin de promocionar la cría y mantener el libro de registro. Celebró su primera exposición monográfica en 1978. El 4 de mayo de 1988, el American Kennel Club acepta al shar-pei en el grupo de Clase Diversa, reconoce la raza en 1991 y finalmente, el 1 de agosto de 1992, se hace cargo de los libros de registro. En 1994 se publicó el último estándar de la raza. Posteriormente se engloba dentro del grupo II.

En un breve periodo de diez años, el Shar-Pei pasó de ser el perro más raro del mundo (Libro Guinness de Récords Mundiales) a uno de los más populares y caros.

  

EL SHAR-PEI EN ESPAÑA

El primer shar-pei que llegó a España (1982) fue un macho leonado de capa de caballo  Ch. ZL´s Frito Bandido of Tezas, propiedad de John Mason. Fue el primer Campeón de España, en el año 1983, homologándose el título el 1 de enero de 1984, siendo también el ganador del Campeonato del Mundo en Madrid. El 16 de junio de 1989, se realizó la primera inscripción de un shar-pei en España. Fue Gragoon Du Ru Pierreux, inscrito en el R.R.C. con el número 0049775. La primera inscripción en el L.O.E. fue Eliot de Kapou-Chino con el número 393365.

De momento no hay muchos campeones de España, aunque al verse cada vez más shar-peis en los rings de las exposiciones, esta relación va creciendo poco a poco.

Resumiendo, hoy en día, el shar-pei, es una raza en auge. Cada vez se ven más en las exposiciones y en la calle. El shar-pei ha dejado de ser un perro raro para convertirse en un animal adorable que cautiva corazones.

 

 

 

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